LA SEXUALIDAD EN LA ADOLESCENCIA
Recordemos que la sexualidad se encuentra presente
durante toda la existencia humana, pero en la adolescencia se vive y manifiesta de manera un poco
diferente a como se expresa en otras etapas de la vida. En este período surgen
sensaciones e impulsos de tipo sexual que se encuentran relacionados con los
cambios biológicos que enfrentan todas y todos las adolescentes. Los cambios hormonales provocan que se tengan
deseos y fantasías eróticas, que se quiera sentir placer físico a través del
propio cuerpo y del cuerpo de otros, especialmente de quien te gusta.
Estas sensaciones generalmente te toman por sorpresa,
por eso la angustia, el temor, la incertidumbre y la confusión revolotean en tu
cabeza, más aún si no se tiene la información necesaria para comprender mejor lo que te
está pasando, o si no se cuenta con personas confiables que te puedan escuchar
y orientar seriamente.
La forma de vivir estos cambios y procesos tiene que ver con características personales
(como el sexo, la edad o la personalidad) y sociales (la cultura, el nivel educativo, la religión,
etc.), así como con las reacciones y demandas del mundo que te rodea. Resulta
común que, en los primeros años de la adolescencia, las y los jóvenes se aíslen
un poco del mundo que les rodea, prefiriendo pasar más tiempo a solas consigo mismas/os. Esto se encuentra
relacionado con la sensación de incomodidad con el cuerpo por lo rápidos y
fuertes que son los cambios. Es aquí cuando vuelve a aparecer la auto
estimulación (ya que de niños o niñas también se viven estas experiencias, solo
que no tienen por finalidad alcanzar el orgasmo sino explorar el cuerpo) y las
fantasías (o "soñar despierto") que permiten liberar los deseos e
impulsos sexuales que se están sintiendo.
in embargo, la auto estimulación suele ser una
actividad muy común durante toda la adolescencia, no solo al inicio. Además,
esta cumple un papel muy importante, ya que permite explorar el cuerpo, conocer
más sobre los genitales y su funcionamiento, así como liberar energía sexual.
También la auto estimulación posibilita a la persona fantasear y prepararse para las relaciones
genitales en pareja. Conforme se va viviendo una mayor adaptación a los cambios
del cuerpo, las amistades con personas del mismo sexo ocupan un lugar muy
importante. Es frecuente que se tenga un mejor amigo o mejor amiga, con quien
se comparten secretos, confidencias, tristezas y alegrías, así como los deseos
más profundos. Con esta persona se quiere estar todo el tiempo, así que cuando
no pueden verse, las conversaciones telefónicas, cartas o mensajes son interminables.
También se suele tener un grupo de amigos o amigas del mismo sexo. En estos grupos comparten experiencias, angustias y deseos;
también se cuentan las cosas que les ha pasado con la persona que les gusta, y
eso ayuda a tranquilizar la inseguridad y dudas que estos encuentros generan.
Al final de la adolescencia, y gracias a que se tiene
una identidad más estable y mayor seguridad en la forma de relacionarse con los otros, la
necesidad de estar en el grupo de amigos o amigas va desapareciendo porque se
prefiere tener más tiempo para compartir a solas con la pareja. Esto no quiere
decir que no se tienen amistades con personas del mismo sexo, sino que la
relación cambia y se valora más la intimidad. Con respecto a las relaciones
amorosas, al inicio de la adolescencia las y los jóvenes van descubriendo que
sienten interés y atracción hacia otras personas, pero esos
sentimientos se esconden y ocultan. Luego se experimentan muchos deseos de
resultarle atractivo o atractiva a alguien más, por lo que pasan horas frente
al espejo, buscando nuevas formas de peinarse o vestirse, por ejemplo.
Después se vive el enamoramiento. Son muy comunes los
"amores imposibles", al enamorarse de personas mayores o
inaccesibles. Esto tiene un propósito muy importante: dar seguridad; lo cual se
logra al imaginar o fantasear lo que se quiere, desea y haría, sin tener que
enfrentar en la realidad a la persona amada. Con el paso del tiempo, los
jóvenes se van sintiendo más a gusto y seguros de sí mismas/os al estar en contacto con personas
del otro sexo.
Generalmente en la mitad de la adolescencia se vuelven
más comunes las relaciones de noviazgo, que son cortas pero muy románticas e
intensas. Más adelante, las relaciones amorosas se vuelven más duraderas y
estables, caracterizadas por una mayor preocupación por lo que siente y desea
la pareja. En estas épocas también surge la preocupación por decidir si se
tienen relaciones sexuales genitales o coitales. Además, en la adolescencia se
consolida la identidad sexual, es decir, la forma en que una persona se siente,
en lo más íntimo de su ser, como hombre o como mujer. A pesar de que esta identidad es producto de un largo proceso que inicia desde la niñez, en la adolescencia
"se pone a prueba y se ensaya" a través de todas esas conductas hacia
personas del mismo sexo y del sexo contrario, a las cuales nos referimos
anteriormente.
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